martes, mayo 20, 2008

Multiversidad

Hay demasiadas frustraciones que empezamos asumiendo de forma individual y que poco a poco acaban degradando a toda la comunidad humana. Nos está sucediendo ahora con la confirmación de la supuesta inevitabilidad del llamado plan Bolonia y su arrogante forma de acabar con lo que hasta ahora hemos llamado Universidad. Porque el proceso de Bolonia no puede esconder la inhumana irracionalidad a la que quiere someternos a todos reduciendo, si no lo impedimos, la enseñanza superior a una escuela de niños para que aprendan a trabajar de mayores. Una condena kafkiana donde el único juez es el mercado, y donde la pena consiste en permanecer eternamente en la minoría de edad, a las órdenes de una ya demasiado sospechosa mano invisible. Este nuevo siglo que hemos apenas inaugurado está cansado de sufrir la praxis del pensamiento único, y merece una seria reflexión y acción para proponer una universidad que se adapte a las exigencias de nuestro tiempo a la vez que promueva espacios de pensamiento multiverso. Bolonia y el proceso se nos adelantan, pero están llenos de fisuras. No hay que pensar en la totalidad del poder, ni tan sólo del económico, sino en su fragilidad, en sus limitaciones. La primera Universidad significó también la necesidad de recuperar la tradición, y la mejor forma era hacerlo a través de la experiencia del libro, de la lectura compartida, reflexionada y comentada. Esta relación entre Universidad y libro es la que ha dado estructura al trabajo que se desarrollaba entre los profesores y los alumnos que han accedido a este sistema de estudio e investigación y que ahora parece derrumbarse. Recogemos la tarea de repensar qué ha significado la Universidad hasta ahora para replantearnos qué lugar deberá ocupar esta institución en nuestras futuras vidas. Toda reflexión que aporte luz a este imprescindible debate sobre la Universidad que queremos será de extrema utilidad: http://multiversidad-xxi.blogspot.com/

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